No sé si todo el mundo conoce las humildes sopas de ajo, también conocida como sopa castellana. Es un antiguo invento al alcance de cualquiera para aprovechar el pan endurecido y combatir los rigores del frío invernal y los destemples que ello acarrea. Pues bien, como gran aficionado a ellas, me atrevo a decir que en rara ocasión he visto producir toda su magia reconfortante como en la cara de Maribel, mi amiga y presidenta de la AIP, cuando finalmente nos sentamos a cenar optando por esta vieja receta que devolvió el color a sus mejillas y el brillo a esos ojazos que acusaban el shock térmico que produce una diferencia de más de 20 ºC entre la mañana soleada de Sevilla y la gélida noche otoñal en Tragacete (Cuenca), cabecera comarcal de la Serranía de Cuenca, pese a los poco más de 100 habitantes que viven en esta época y situado en el Parque Natural que lleva el mismo nombre. La cena fue en el restaurante previsto por Carlos González, nuestro contacto y anfitrión al que hicimos esperar un poco antes de conseguir llegar al pueblo el 25 de Octubre.
El aperitivo habían sido 1.300 kilómetros repartidos entre los dos casi homogéneamente pero en sentido inverso: Maribel de Sur a Norte y yo de Norte a Sur los primeros mil y, tras el encuentro en Atocha, juntos en un coche veterano pero fiable y un navegador mal trucado que nos “ayudó” a conocer algún rincón inesperado de la Manchuela conquense y a trazar por la noche las cerradas curvas de los últimos 40 kilómetros casi en solitario, si exceptuamos las múltiples ciervas con que nos encontramos en la propia carretera y los bosquetes aledaños.
La cena sirvió, además de para conocer algo mejor a Carlos, para concretar los extremos de nuestra visita, concertada con bastante apremio en función de necesidades administrativas y para que todos manifestásemos en voz alta una cuestión que se desvaneció como nube de humo al hacerse verbo en boca de los tres comensales: ¿Qué demonios hacemos aquí? Quizá éste fue el conjuro para entrar en materia: Interpretación del Patrimonio y mucha, mucha Planificación.
El comienzo de este asunto lo encontraremos en un primer correo electrónico de Carlos Serrano a la AIP a través de la página web de la asociación a mediados de septiembre. Posteriormente me puse en contacto telefónico con él para concretar su solicitud y pretensiones. Carlos, que trabaja como responsable técnico de la Sección de Espacios Naturales Protegidos de Castilla La Mancha, fue desmigando en sucesivas llamadas el motivo de ponerse en contacto con la AIP, de la que había oído hablar por haber participado en un curso que impartió Nutri varios años atrás, manteniendo luego cierto contacto con él y que fue quien le habló de esta nuestra Asociación. A nadie que conociera a Nutri le extrañará todo esto.
La cuestión que planteaba se puede resumir en su preocupación ante la inminente llegada de abundantes fondos públicos (Next Generation) a los espacios naturales protegidos de Castilla La Mancha y su temor de que no fuesen invertidos adecuadamente, acabando en hormigón inútil en forma de centros de visitantes que apenas tienen horario de apertura ni visitas o en otras infraestructuras o inversiones insulsas pero “inaugurables”, como ya había pasado anteriormente, preguntándose si desde la AIP podríamos proponer y explicar algún modelo, instrumento o herramienta técnica para evitarlo en lo posible y exponerlo ante los responsables técnicos relacionados con los espacios naturales protegidos de Castilla La Mancha, para intentar diseñar alternativas más aprovechables y de mayor rendimiento social.
Se trataba pues de una “llamada” que se producía desde una administración consciente de errores ya cometidos e ¡¡intentando evitar reproducirlos!! ¡Lo que se dice un auténtico unicornio! Desde la Directiva de la AIP entendimos que no atenderla sería despreciar uno de los principales papeles que justifican la propia existencia de la Asociación, así que reorganizamos calendarios y nos decidimos a acudir a semejante llamada.
Presentación de la AIP
Todo esto se produce en un contexto apremiante debido a la dificultad de sincronizar nuestros calendarios personales con los requerimientos temporales de los trámites administrativos que exigían inmediatez en la convocatoria, concretándose los días 26 y 27 de octubre para establecer una reunión en la que presentar la AIP a los técnicos, gestores y responsables de estos espacios naturales que asistieron, esbozar siquiera los referentes que compartimos en cuanto a Uso Público, aplicación de nuevas tecnologías y especialmente en Planificación, así como exponer las capacidades técnicas de los socios que componen la AIP. También participó Javier Gómez-Limón (de Europarc), que intervino en la última charla programada, a la que no pudimos asistir por iniciar el viaje de regreso.
Fueron tres largas sesiones de media jornada en las que presentamos la Asociación y el desarrollo teórico y práctico que hemos generado a lo largo del tiempo sobre los aspectos generales que nos consultaron, así como sobre los que fueron proponiendo los asistentes, además de exponer diversos ejemplos prácticos que demostraban, a través de la correspondiente evaluación, el grado de consecución de los objetivos programados.
Era evidente que todos los participantes se movían en un contexto que a muchos nos suena a común: buena intención, personal formado pero escaso y atendiendo a múltiples actividades, lastrados por burocracia a menudo innecesaria, poniendo lo mejor de sí, pero implementando actuaciones en Uso Público desconectadas entre sí y sin objetivos claros y evaluables, en un claro ejemplo de ausencia de Planificación. Os suena, ¿verdad?
El lugar donde se produjo la presentación fue el centro de visitantes del Parque Natural de la Serranía de Cuenca en Tragacete (Cuenca), un gran ejemplo de infraestructura muy costosa de construir y mantener, realizada a supuesta mayor gloria del arquitecto y un surtidor de dificultades para gestores y trabajadores. Su primer fracaso se produjo incluso antes de inaugurarse, permaneciendo cerrado desde 2011, año en que se finalizó, hasta 2018, acusando cierto grado de deterioro general durante ese tiempo y con un historial de uso bastante escaso y de espaldas al pueblo que lo acoge.
Básicamente, este edificio se mantiene abierto alrededor de 70 días al año, como se puede deducir del horario de apertura que aparece en la página web, limitado a los fines de semana entre abril y octubre e incluyendo algún día más según cuadre cada año el calendario de puentes festivos, por lo que creo que resulta obvio la imposibilidad de sacar rendimiento a un equipamiento que, en cualquier caso, es relativamente moderno, dispone de equipos relativamente actualizados y, pese a todo, tiene un claro potencial más allá de la mera visita. Esta situación se reproduce en otros centros de visitantes de los espacios protegidos de Castilla La Mancha.
Uso público y colaboración con la población local
Metidos en harina, Maribel y yo nos repartimos los papeles. A mi me correspondía poner sobre la mesa algunas experiencias de Uso Público en espacios naturales, éxitos, fracasos, vanguardia metodológica, tendencias, incertidumbres, referentes teóricos y prácticos o las maneras en las que la IP puede ofrecer propuestas de interés al público si los objetivos están correctamente definidos. De esta manera esperábamos que a los participantes les resultase familiar el discurso sobre UP y medio natural, mencionando cada poco la Planificación como piedra filosofal, pero sin entrar en ello, intentando centrar la atención en el tema para que la intervención de una arqueóloga (Maribel) no produjese ningún chirrido entre personas acostumbradas a desenvolverse exclusivamente en torno al patrimonio natural.
Pero creo que allí todos entendieron rápidamente que patrimonio es patrimonio, sean linces o ánforas romanas. Maribel empezó a exponer casos prácticos recientes dirigidos por ella misma, en los que la colaboración con la población local era siempre uno de los motores, todos pegaron bien la oreja. Maribel consiguió que la Planificación se hiciera algo sólido para nuestros atentos amigos enunciando todo lo que hay que preguntarse antes de poner la primera piedra de cualquier infraestructura y a través de unos ejemplos que tenían su trayectoria y su correspondiente evaluación, creo que todos comenzaron a entender que la ausencia de planificación es el manantial de casi todos los males; incluyendo en dicha carencia la escasez de inversión en personal, la precariedad de los contratos, las barreras dispuestas entre la infraestructura y la población local con la consiguiente irrelevancia identitaria, la falta de evaluación y por ende la incapacidad para intervenir en la modulación de los programas. A nadie le pasó desapercibida la onda expansiva del mensaje de Maribel.
También nos quedó claro a todos que disponer de técnicos competentes e implicados, pero embarrados en procesos administrativos y burocráticos que les impiden a menudo atender a lo mollar, es tan habitual como poco constructivo.
Dado el nivel administrativo de los participantes (todos funcionarios responsables técnicos de nivel medio-alto) también se puso sobre la mesa la capacidad, limitada pero posible, de decir NO, de resistirse a rubricar proyectos caprichosos faltos de la correspondiente planificación que garantizase la continuidad y la consecución de unos objetivos claros, bien estructurados y justificados.
Por supuesto, los breves momentos de la comida y las cervecitas previas fueron fundamentales para comprobar el paño con el que trabajábamos y creo que Maribel coincidirá conmigo en que la mayoría del personal presentaba un perfil “aipero”, para que nos entendamos, habiendo quien ya habló de asociarse a la AIP.
Tras una pequeña vuelta por el pueblo, reparamos en que el sitio es más que recomendable y está habitado por personas muy interesantes, como Vicente, el camarero: “¿Quieren postre?.- ¿Qué opciones hay?.- Pues sí o no. La Gaditana, que hacía mucho tiempo que no cerraba tan tarde el bar, o Aurora, que casi nos deja plantados para salir corriendo a la consulta del médico tras cruzar tres palabras sobre lo bueno que es pedir ayuda para dejar de fumar.
El retorno que sentimos de los participantes fue positivo desde el principio y confirmado más adelante en conversaciones y mensajes mantenidas con Carlos, raro y probo funcionario de Castilla La Mancha, y, por si fuera poco, “amanecista” de pura cepa, lo que le convierte en un candidato a aipero de libro, además de una gran persona al que espero podamos conocer todos en Sevilla a más tardar, durante las próximas jornadas de la AIP. Los demás participantes no se quedaban cojos, hay recurso humano a espuertas y si consiguen sintonizar un poquito, los espacios naturales de Castilla La Mancha estarán de suerte!
Así Maribel y yo hicimos un viaje de regreso mucho más tranquilo mientras la luz del sol nos dejó entrever los maravillosos paisajes que atesora ese recomendable lugar y que la oscuridad de la noche nos robó a la ida.
Una crónica de Lorenzo (Larry) Sevilla Gallego.
Objetivo Tragacete, cumplió objetivos con creces. Despertar, alentar y sembrar inquietud en estos funcionarios vocacionales embarrados (me gusta el adjetivo simil) y sensibilizarnos para la acción. Yo tengo ahora entre manos la actualización y mejora del equipamiento de uso público del Parque Natural del Alto Tajo (Guadalajara), que sufrió durante años gran falta de inversión humana y material y que retoma ahora una modesta pero voluntariosa dedicación técnica y una creciente inversión, que intentaremos hacer desde la perpectiva de esta disciplina tan interesante y valiosa.
Gracias Larry por el relato tan bonito que haces de estos dias en Tragacete y por tu INTERPRETACIÓN DEL PATRIMONIO, en 2018 de “El Chorco de los lobos”, en el Parque Nacional de Picos de Europa, durante una visita guiada organizada en el Congreso de Espacios Naturales Protegidos (Esparc 2018) que se celebró en Picos de Europa, pura interpretación, que nos recordó la trascendencia de esta disciplina y que contribuyó a la movilización desde nuestros modestos pero capaces lugares de acción.
Gracias Maribel por tu excelente capacidad de comunicación y pericia.
Gracias Carlos por tu sensibilidad y preocupación en este tema y en tantos otros, por intentar conectarnos y hacer equipo desde la modestia, así como por tu preocupación por el rigor y el conocimiento que nos lleve a una acción planificada, coordinada y ordenada que ponga en valor nuestros recursos naturales y su disfrute y respeto por parte del ciudadano visitante.